martes, 12 de mayo de 2015

¿CÓMO NO VA A EXISTIR DÉFICIT DE ATENCIÓN EN UN MUNDO TAN SOBREESTIMULADO?



Cada día se diagnostican más niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), y yo me pregunto...¿cómo no va a existir déficit de atención en un mundo tan sobreestimulado?, ¿cómo pretendemos que se concentren si, desde pequeños, todo lo que les rodean son estímulos?.

Vas a un supermercado y hay miles de galletitas de diferentes sabores, colores, formas ... que regalan figuritas, cromos, batikaos ... si las compras; montones de yogures de diferentes marcas compitiendo por llamar la atención de los críos ... y ya cuando llegas a la caja y has sorteado todo ese mundo de fantasía a su disposición, y ya va a pagar al fin, viene la oleada mayor, un montón de stands llenos de chicles, gominolas y chucherías varias.

Si vas a una juguetería, ¡ya no te digo...!., el estímulo es insoportable para un niño pequeñito que no entiende cómo no se puede llevar nada de todo eso que ve y piensa que está a su disposición.

El mundo está lleno de estímulos para todos, adultos y pequeños, y todos corremos detrás de ellos. Es necesario, a veces, parar para que no nos engulla tanta excitación.
En una ocasión una madre me dijo, encantada de la vida, que su hijo iba a actividades extraescolares todos los días, incluido el domingo, y yo me quedé horrorizada. Aprender algo nuevo, está bien, pero cuando le metes a un niño tal carga desde bien pequeño, lo enloqueces.

Se está perdiendo el juego libre, sin estar pautado, con su amigos, algo tranquilo, donde el niño pueda desplegar toda su imaginación, sin estar atado al mundo y a las pautas de un adulto.

Un niño pequeño no puede ir a mil por hora todo el rato, ahora te toca padel, recuerda el disfraz de padel; hoy guitarra, recuerda la guitarra; .... y luego llegan los campeonatos de todas esas actividades.  El niño no sabe dónde está… si en judo, padel, ... en un campeonato de vela, o en una exhibición de baile... Muy probablemente, de mayor, se pasa el tiempo sentado sin hacer nada  para compensar tal desquicie o siga con esa locura. No auguro un diagnóstico demasiado equilibrado para su vida.
Lo peor de todas esas actividades es que roban tiempo de estar tranquilamente con los padres durante la semana, y sobre todo, durante el fin de semana que es el único momento que muchos niños tienen para estar con ellos. Si, a esto, le unimos el exceso de deberes del sistema educativo actual, y las madres y padres profesores tratando de que el niño saque adelante el curso, te da, la realidad que veo en consulta, mucha soledad. Niños absolutamente solos, llenos de todo, menos de lo que realmente necesitan, contacto y tiempo con ellos.

Una vez un adolescente, con bastante percepción, me reconoció que era tal su soledad que  lo único que realmente le acompañaba durante el día era su play station. Fue así como salió de su vacío, lanzándose al mundo de los videojuegos. Hacían la función de mamá y papá.

Dori Pena Gayo - Psicóloga