domingo, 22 de septiembre de 2013


TDAH (II): Los tratamientos, en duda por su baja eficacia y peligrosidad

Segunda entrega del texto sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) que ha escrito el psiquiatra Mariano Almudévar, tras publicar hace unos días el primer capítulo.
El tratamiento del “trastorno” es mayormente con estimulantes cerebrales y hay que hacer notar que aunque la categoría de TDAH es reciente, los tratamientos son verdaderas antigüedades de la psicofarmacología. La anfetamina es una droga ya sintetizada en el siglo XIX y el metilfenidato lo fue durante la segunda guerra mundial.
En esta guerra los estimulantes eran usados en los dos bandos para combatir la fatiga, mantenerse despierto y mejorar la atención: tropas panzer, kamikaces japoneses y técnicos de radar aliados los usaron. Después se utilizaron para tratar la obesidad y por camioneros de largo trayecto Estamos hablando de la misma familia de drogas de la centramina, usada por estudiantes españoles hace ya más de cincuenta años y del “speed” que se dice mató a Jimmy Hendrix.
En los USA la utilización de estimulantes es frecuente para hacer “cramming”: estudiantes en exámenes finales, profesionales que tiene que acabar en fecha y trabajar día y noche e incluso jugadores de baseball, a través de las llamadas “Excepciones Terapéuticas” que por ahora no se han admitido en el deporte internacional. En definitiva, los estimulantes dan ventajas competitivas a corto plazo.
Hoy hay probablemente más de seis millones de niños americanos tomando estimulantes cerebrales para el tratamiento del TDAH en los USA y la cifra sigue creciendo. El concepto se está extendiendo a adultos; más de la mitad de los niños con TDAH se supone que no se “curarían” pero el incremento en adultos es principalmente por nuevos diagnósticos. Los estimulantes no parecen mejorar las relaciones familiares y con otros alumnos, y si bien los efectos sobre la atención e impulsividad errática están bien establecidos durante el primer año de uso por el hoy casi canónico estudio MAT del NIMH de 1999, un meta-análisis comprensivo de esos años, aun reconociendo el efecto notable a corto plazo, duda de que esa marcada mejoría dure más allá de cuatro semanas.
No hay evidencia ciertamente de su efectividad a partir de los catorce meses o a tres años de inicio del tratamiento en seguimientos del estudio del NIMH antes citado y un trabajo científico basado en ese mismo MAT/NIMH apunta a que serían responsables de que se deteriore la conducta e incluso de delincuencia y abuso de drogas, a partir de los dos años de su uso. Esto plantea por lo tanto importantes cuestiones de “tolerancia” y efectos de “rebote” en tratamientos prolongados.
Si el alumno, con TDAH o sin él, está “enfocado en una tarea” relevante, su rendimiento mejorará y su actividad se reducirá; si no lo está se pasará el rato muy atento a las musarañas. Los efectos duran unas horas. No hay evidencia de que los estimulantes mejoren la capacidad de resolver problemas o la inteligencia creativa. O de que mejoren el rendimiento académico a medio o largo plazo. Son poco efectivos en aquellas condiciones donde hay evidencia o claros indicios de daño cerebral real como ladiscapacidad intelectual y/o el autismo de Kanner, aunque su uso está muy extendido en este último. Podríamos decir que con demasiada frecuencia se trata al alumno para beneficio del profesor.
La atomoxetina es una droga más reciente para el tratamiento del TDAH. De dudoso mecanismo, su acción podría ser similar a la de algún antidepresivo. Parece ser más lenta en sus efectos y a veces se le añaden estimulantes para potenciarla. Los efectos de los estimulantes, que son en relación a otros medicamentos psicotrópicos casi inmediatos, se derivan de sus acciones sobre neurotransmisores, en particular el aumento de la dopamina, en las sinapsis y así mejoran la atención y disminuyen la actividad sin propósito. En otras palabras, sirven para reducir la atención dispersa y las respuestas a estímulos irrelevantes.
Los efectos secundarios de los estimulantes se consideran en general asumibles, aunque hay la posibilidad de brotes psicóticos en hasta un 5% de casos y de muerte por fallo cardíaco, una terrible reacción adversa muy rara. Además, existen posibles alteraciones genéticas. La ficha técnica de una de ellos nos dará una idea, aunque no parece mencionar uno de los efectos más frecuentes, los tics, que podrían continuar incluso después de parar la medicación.
El uso prolongado puede tener consecuencias neurofisiológicas a largo plazo que disminuirían la capacidad de recompensa y la tolerancia a estímulos estresantes y nociceptivos (de dolor). En el caso de la atomoxetina, la alerta black box, caja negra (la máxima alerta que ofrece la agencia de medicamentos de Estados Unidos, la FDA), es por razones de sutoxicidad hepática.

"La ambición de los padres puede arruinar la infancia de los hijos"


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cada uno aprende de una manera diferente. ¿Eres kinestésico, visual o auditivo?

Estilos de Aprendizaje.

    Es el conjunto de características psicológicas que suelen expresarse conjuntamente cuando una persona debe enfrentar una situación de aprendizaje; en otras palabras, las distintas maneras en que un individuo puede aprender. Se cree que una mayoría de personas emplea un método particular de interacción, aceptación y procesado de estímulos e información. Las características sobre estilo de aprendizaje suelen formar parte de cualquier informe psicopedagógico que se elabore de un alumno y pretende dar pistas sobre las estrategias didácticas y refuerzos que son más adecuados para el niño. No hay estilos puros, del mismo modo que no hay estilos de personalidad puros: todas las personas utilizan diversos estilos de aprendizaje, aunque uno de ellos suele ser el predominante.
    Seguramente puedes comprobarlo tu mismo: cuando uno estudia el aprendizaje se ve afectado por múltiples factores, desde características ambientales (como la luz, la temperatura o el ruido) hasta rasgos emocionales (como la motivación y la responsabilidad). El "estilo de aprendizaje" de cada persona, es según la escuela de programación neurolingüistica (PNL) la manera preferida que cada uno tiene de captar, recordar, imaginar o enseñar un contenido determinado.    Para la PNL, el canal perceptual por donde nos apropiamos de los contenidos (el ojo, el oído, o el cuerpo en general) resulta fundamental en nuestras preferencias de aprendizaje. La mayoría de nosotros utilizamos estos canales en forma desigual, potenciando unos y desatendiendo otros. Esto da origen a tres estilos básicos de aprendizaje: visual, auditivo y kinestésico. Por ejemplo, si intentamos pensar en una ciudad que hayamos visitado una vez, algunos recordaremos mejor el aspecto de sus edificios (visual), otros su nombre (auditivo), otros el calor o frío que hacía cuando estuvimos ahí (kinestésico).

    El concepto de estilo de aprendizaje resulta muy útil para entender la forma en nos relacionamos con las materias del colegio y logramos comprenderlas o no. De hecho, se puede clasificar a quien estudia (o sea nosotros) según sus distintos estilos de aprendizaje:

Aprendizaje visual
  • Se aprende preferentemente a través del contacto visual con el material educativo.
  • Se piensa en imágenes; quien aprende así es capaz de traer a la mente mucha información a la vez, por ello tienen más facilidad para absorber grandes cantidades de información con rapidez.
  • La costumbre de visualizar ayuda a establecer relaciones entre distintas ideas y conceptos, por lo cual desarrollan una mayor capacidad de abstracción.
  • Las representaciones visuales del material, como gráficos, cuadros, láminas, carteles y diagramas mejoran este tipo de aprendizaje.
  • Videos, películas o programas de computación también mejoran este aprendizaje.
  • Se recuerda mejor lo que leído que lo que escuchado.
  • La manera más eficiente de almacenar información es visual (en una clase con retroproyector, por ejemplo, preferirán leer las fotocopias o transparencias a seguir la explicación oral, o tomarán notas para tener después algo que leer).
  • Se calcula que entre un 40% y un 50% de la población en general privilegia el estilo de aprendizaje visual.
Aprendizaje visual auditivo
  • Quien tiene más desarrollado este tipo de aprendizaje, aprende preferentemente escuchandoel material educativo.
  • Piensa y recuerda de manera secuencial y ordenada, por lo que prefiere los contenidos orales y los asimila mejor cuando pueden explicárselos a otra persona.
  • Responden con éxito al estilo de enseñanza más frecuente en el sistema escolar, ya que se adaptan con facilidad al formato de la clase expositiva.
  • Tienen una gran capacidad para aprender idiomas y/o música.
  • Los cassettes y discos, las discusiones en público y las lecturas en voz alta, mejoran su aprendizaje.
  • Recuerdan mejor lo que escuchan que lo que leen.
  • Su manera de almacenar información es transfiriendo lo auditivo a un medio visual (el almacenamiento auditivo suele ser menos eficiente).
  • Se calcula que entre un 10% y un 20% de la población en general privilegia el estilo de aprendizaje auditivo.
Aprendizaje kinestésico
  • Los alumnos y alumnas kinestésicos/as aprenden preferentemente al interactuar físicamente con el material educativo.
  • Para aprender necesitan asociar los contenidos con movimientos o sensaciones corporales. De este modo, en una clase expositiva, se balancearán en su silla, intentarán levantarse, la pasarán haciendo garabatos o dibujitos, etc.
  • Sus aprendizajes son más lentos, y se desempeñan mejor en tareas de tiempo limitado y con descansos frecuentes.
  • Las actividades físicas, el dibujo y la pintura, los experimentos de laboratorio, los juegos de rol, mejoran su aprendizaje.
  • Pueden recordar mejor lo que hacen en lugar de lo que ven o escuchan.
  • Poseen la manera menos eficiente para almacenar información académica y la mejor para almacenar información que tenga que ver con lo deportivo y artístico.
  • Se calcula que entre un 30% y un 50% de la población en general privilegia el estilo de aprendizaje kinestésico. Este porcentaje se incrementa en la población masculina.
    Como puede verse, los distintos estilos de aprendizaje no son mejores o peores, pero si más o menos eficaces para aprender distintos contenidos. Estudiantes visuales o auditivos se desempeñan usualmente con éxito en el sistema escolar, mientras que estudiantes kinestésicos suelen tener dificultades académicas, al ser este el estilo de aprendizaje menos considerado en la mayoría de las salas de clase. En todo caso, cada estilo de aprendizaje señala la preferencia por un determinado canal perceptual, no su exclusividad. El uso de distintos canales perceptuales puede ser reforzado con la práctica. En este sentido, el ideal del aprendizaje es el uso eficiente de los tres canales y la capacidad de adaptar el estilo propio predominante al material educativo y a la manera en que éste se presenta.